Señoras que no tienen vergüenza, o cómo apellidarse Fabra y no desmerecerlo


Da igual la filiación política. Da igual el nombre, la edad, el color político, la raza, la cartera, la educación, el cinismo o la circunstancia. Da igual el dónde, el cómo, el cuándo o el porqué.

ESTA SEÑORA SE MERECE UNA CASTIGO EJEMPLAR. Ojalá la prestación por desempleo la tenga que cobrar usted dentro de poco, aunque me temo que ya sabemos cómo trata la derecha a sus “bocachanclas”.

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